En Ecuador el 52% de la población tiene una cuenta de ahorros en una institución financiera. Pero entre un 20 y 25% de ese grupo no accede a otro tipo de servicios, como créditos, tarjetas bancarias, entre otros.
Esas cifras dejan ver claramente que la cobertura de las entidades financieras en el país se cumple a medias. Otros datos de estudios presentados recientemente en el país indican que entre un 40% y 50% de cuentas bancarias están inactivas.
Esto ocurre, según los expertos, porque las cuentas se abren para recibir un crédito y que luego de esta operación dejan de ser utilizadas por sus titulares. El tema de la inclusión financiera viene ganando espacio en el país. Esta semana acaba de presentarse una iniciativa que tiene como objetivo mejorar los indicadores en esta materia.
El Banco Central del Ecuador, con asistencia técnica del Banco Mundial, desarrolla una estrategia al respecto. Sin embargo, lograr que más ecuatorianos accedan y aprovechen distintos servicios financieros no se logrará por decreto o por la firma de un papel.
Para que la inclusión financiera crezca en el país se deben cumplir dos condiciones fundamentales: la educación financiera y el buen uso de las nuevas tecnologías.
Lo primero es una materia en la que los ecuatorianos estamos obligados a prestar más atención. Es sencillo: no podemos gastar más de lo que recibimos. Además se recomienda ahorrar un 30% o 40% de los ingresos, ante imprevistos.
Si para empezar aprendemos eso, habremos dado un paso importante. En cuanto al uso de la tecnología, el desafío es algo menor. Las nuevas generaciones están muy familiarizadas con las TIC y eso permite llegar con servicios a zonas rurales, por ejemplo, en donde la atención financiera tradicional siempre tuvo dificultades.
Además la tecnología abarata los costos que enfrentan las instituciones financieras. Si prestamos atención a estas dos condiciones tendremos grandes avances.
Tomado de: Diario El Comercio
Fuente: http://bit.ly/2LrU1Do